EL GRAN CAMBIO
MENSAJE DE LORD SERAPIS BEY
En estos días que corren, muchos de vosotros andáis
preocupados por lo que sucederá. El día del Gran Cambio está muy cerca. Casi a
la vuelta de la esquina os espera la fecha tan esperada por muchos y tan temida
por otros. Algunos, indiferentes a lo que está sucediendo, continúan sus vidas
como si nada nuevo estuviese a punto de ocurrir.
Sin embargo, amados hermanos, el cambio está cerca;
pero no será un cambio repentino, sino que se producirá poco a poco. Ésa es la
primera certeza que debéis asumir para alejar el temor de vuestras mentes.
La Tierra y el ser humano se transforman
poco a poco.
En vuestro interior se está produciendo ya un cambio
de conciencia. Sois muchos los que habéis despertado al Amor y a la Verdad. Son muchos los que despertarán en masa después del 21 de
diciembre de este año.
¿Qué consecuencias traerá ese despertar masivo de
miles de corazones al Amor? Nadie lo sabe con total seguridad. Sois vosotros
los creadores de vuestra realidad. ¿Cómo vamos a anunciaros algo que os
corresponde a vosotros determinar?
Nosotros, vuestros hermanos de luz, estamos apoyando
ese despertar con todo nuestro amor y toda nuestra fuerza. Estamos implicados
en él, porque la Tierra forma parte del Todo que formamos juntos. Sin embargo,
vosotros sois las células de la Tierra, los que llevan la batuta del cambio.
Sois vosotros el gran director de la orquesta que formáis sobre vuestro
planeta. Nadie puede quitaros esa batuta y dirigir el cambio por vosotros.
Como parte de un todo que se está transformando os
llegan a diario las ondas de esa gran transformación que el Universo está
experimentando. Sin embargo, el modo en que esas ondas os afectarán y cómo
reaccionaréis ante ellas depende de vosotros.
Por favor, hermanos, asumid
vuestra responsabilidad colectiva en este gran cambio por el que todos
estamos pasando. Dejad de pensaros a vosotros mismos como seres diminutos,
carentes de poder y de iniciativa. Solicitad la ayuda que necesitéis a otros
planos de conciencia, desde los que hermanos más evolucionados os aporten su
saber y su experiencia, pero no esperéis que sean ellos los que resuelvan
vuestro acertijo, porque os corresponde a vosotros resolverlo.
¿Qué sucederá después del 21 de
diciembre?
Somos nosotros, vuestros hermanos de otras
dimensiones, quiénes os devolvemos la pregunta. Contestadla con el corazón.
¿Aprovecharéis las ondas de Amor, que generará ese
despertar masivo, para evolucionar todos juntos o permitiréis que el miedo siga
alentando la necesidad de protegeros de un peligro inexistente?
¿Crearéis por fin realidades respetuosas con vuestro
planeta y el resto de los seres vivos o crearéis más confusión intentando
escapar del cambio?
¿Os uniréis por fin para cocrear juntos la nueva
Tierra o intentaréis resguardaros de la tormenta hasta que ésta amaine?
¿Os esconderéis en cuevas y subterráneos o saludaréis
cada mañana al nuevo sol con cantos de amor y alabanza, de alegría y
agradecimiento?
¿Os dispondréis por fin a compartir en unión y armonía
todo lo bueno que está por llegar?
De vosotros depende. Nosotros
no podemos interferir en vuestras decisiones. Sí podemos guiaros,
aconsejaros, advertiros de los errores que, tal vez, cometéis al esperar que
sean otros quienes os traigan la Nueva Tierra; pero no estamos autorizados para
transformar vuestra realidad. Esa hazaña os corresponde a vosotros.
En verdad es un gran regalo de luz, un honor, ser los
protagonistas activos de este cambio. Sois los héroes y las heroínas del
cambio. Durante siglos seréis recordados por vuestra valentía, vuestra firmeza
y vuestro gran Amor, cuando logréis unidos esa nueva Tierra que todos deseáis
cocrear.
Fueron vuestras almas las que decidieron
estar aquí y ahora, en este momento y en este lugar. Vuestras almas se ofrecieron para
experimentar todo lo que estáis experimentando. Ya sabían que no sería fácil,
que existirían realidades cotidianas muy densas y asfixiantes, pero aún así
aceptaron.
Hermanos, toda transformación conlleva rupturas,
abandonos y, en ocasiones, dolor. La magnitud del
dolor depende de la resistencia que se oponga a él. Si te opones a lo
que sucede, al cambio, el dolor se vuelve más intenso. Si lo aceptas, respiras
y fluyes con lo que sucede, a su favor y no en su contra, la intensidad del
dolor se reduce enormemente e incluso desaparece.
Piensa en la oruga que tiene que replegarse sobre sí
misma e hibernar durante un tiempo, apartada del mundo en su crisálida, para
poder renacer transformada en mariposa. Si la oruga se opusiera al cambio
cuando llega el momento de la transformación, no colaboraría en la formación de
la crisálida, sino que intentaría seguir siendo oruga, arrastrándose sobre la
tierra, con sus sistemas a flor de piel, en carne viva, mientras le surgen las
alas y su cuerpo entero se transforma. ¡Qué inmenso dolor en contacto con el
aire y todo aquello con lo que se roce! ¡Cuánto sufrimiento interior y externo!
Hermanos, os estáis transformando en mariposas, seres
alados que serán capaces de volar y elevarse sobre sus miedos e inseguridades.
Tenéis que colaborar en ese cambio, no oponeros a él, para que se produzca de
la manera más armónica y bella posible.
SOIS RESPONSABLES DE VUESTRAS VIDAS Y DE
VUESTRA REALIDAD.
Dejad de delegar una tarea que os corresponde. Dejad
de ceder vuestro poder a otros. Poned vuestras capacidades en acción y cocread
ya la Tierra que deseáis desde el corazón. El Amor
es la respuesta a todas las preguntas. El Amor sabe, el Amor comprende,
el Amor comparte. Asumid que sois amor y dejad que ese amor se exprese en el
mundo. Dejad de cocrear desde el miedo y la separación.
No importa nada de lo que está sucediendo en vuestras
vidas terrenales si lo que sucede es producto del miedo y la separación. No continuéis concentrando vuestra atención en aquello
que no deseáis. No os quejéis de lo que no va bien. Transformadlo. Amad
todo lo que sois, todo lo que tenéis. Amad vuestras realidades marchitas. Con
aceptación y amor podéis transformarlas en vida y esperanza. Pero si os
empeñáis en quejaros de ellas, criticando a los demás y culpabilizándolos –a
los demás y a vosotros mismos-, sólo conseguiréis perpetuarlas. Porque, os lo
recuerdo, vosotros sois los creadores de vuestro mundo. Dejad ya de consideraros
víctimas de una gran injusticia. Coged por fin las riendas de vuestras vidas,
ésas que soltasteis hace tiempo creyendo que eran otros los que debían
llevarlas, y dirigíos hacia el lugar en el que deseáis habitar.
En el pasado creasteis dolor, desconfianza
y miedo. Cread ahora amor, esperanza y compasión. Podéis hacerlo. Si creasteis lo otro, ¿por qué no
vais a poder cocrear lo contrario? Si siendo seres de amor fuisteis capaces de
convivir durante siglos en la expresión exacta de lo contrario, ¿cómo no vais a
poder ahora expresar vuestra verdadera esencia? Podéis hacerlo. Sólo necesitáis
creerlo para lograrlo.
El 21 de diciembre de este mismo año se activa el
mecanismo del Gran Despertar en vuestros corazones. Cómo se redirigirá esa
energía sobre la Tierra es algo que os corresponde a vosotros determinarlo.
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