EL PERDON EN TU VIDA
EL PERDON EN TU VIDA
El perdón,
sagrada palabra, que me recuerda que mi imperfección es el reflejo de la
imperfección de mis semejantes, luego si yo reconozco en mi la imperfección,
como puedo pretender que mis semejantes sean perfectos.
Mi nombre es
Siri Prakash y deseo plasmar en estos escritos mi punto de vista sobre el
perdón y la relación de este con respecto a la vida, las relaciones, el
trabajo, el sexo y como no, todo lo relacionado con el mundo y el conocimiento
espiritual.
La vida esa
gran oportunidad de retomar el camino donde lo dejaste, punto de partida de una
nueva realidad y la posibilidad de ascender algún peldaño más en el camino
hacia la comprensión global.
La vida, esa
gran incógnita, ¿qué es la vida, quienes somos en realidad, qué hacemos aquí,
de dónde venimos y hacia dónde vamos? La vida no es otra cosa que aceptar de
que si estas aquí es porque hay algo pendiente por experimentar, la vida trae a
nosotros todas aquellas situaciones que de alguna manera van a inducirnos a reaccionar y a interrelacionarnos con otros
seres que también viajan junto a nosotros en este fantástico barco llamado vida
y al fin y al cabo están aquí para ejecutar un plan similar al nuestro, aunque
aparentemente estas personas sean muy diferentes a nosotros en su manera de
actuar, en su forma de pensar, en su raza, en su situación geográfica, etc.
En realidad
somos lo mismo experimentando cosas diferentes a un mismo tiempo.
En la
mayoría de ocasiones y desde nuestra atalaya de observador, podemos caer en el
juicio de valor de la mayoría de las acciones y reacciones que nuestros
semejantes ejecutan en la vida cotidiana, mientras dedicamos nuestro tiempo en
enjuiciar lo que hacen los demás, estamos olvidando que nuestra verdadera
misión es experimentar y comprender y a través de nuestros actos, desde la
libertad más absoluta llegar a obtener esa respuesta magistral que nos
intriga.¿ quién soy, de donde vengo y hacia dónde voy?
Vivir desde
la consciencia nos ayudará a mantener la atención en todo aquello que ocurre a
nuestro alrededor, llevándonos a la
experiencia grandiosa y plena que es la vida desde la individualidad.
Es muy
habitual escuchar constantemente la expresión de (Yo me pongo en tu piel) y con
eso podemos llegar a creernos que podemos sentir y experimentar la vida de otro
semejante, incluso podemos atrevernos a aconsejar e inducir el comportamiento
de otro semejante porque claro está, si te atreves a aconsejar a los demás es
que estas en posesión de la verdad, o por lo menos eso crees.
¿Te has
planteado seriamente la responsabilidad karmica de inducir a otros a que actúen según tu criterio y no
el suyo propio?
¿Eres
consciente de esto?
Nuestra
experiencia en esta vida es y un plan
perfectamente diseñado en el cual nosotros estamos perfectamente preparados para desarrollarlo a la perfección,
aunque siempre existirá la posibilidad de cometer errores.
Los errores
que podamos cometer son muy importante e útiles a su vez, siempre y cuando
seamos consciente de los mismos.
No hay error
ni bueno ni malo, tan solo hay situaciones que en función de tu nivel
evolutivo, estado de ánimo y situación actual te llevaran a una compresión u
otra de lo que se te plantea en el momento.
Un error.
¿qué es un error? de que manera puedes calificar un error como tal, se puede
entender que para que un error sea un error, debe existir la posibilidad de
contrastar lo que estaría bien de lo que no lo está.
Menuda
paradoja.
¿De qué
manera podrías interactuar sin que tengas que preocuparte u ocuparte de este
tema aparentemente complejo?
Creo que es
bien fácil. Cuando experimentas la vida desde la libertad más absoluta, desde
el desapego, y tan solo desde el amor
incondicional, estarás preparado para experimentar tu plan divino desde la plenitud, la
sabiduría y el gozo más absoluto.
Cuando se da
esta condición ya no necesitas en reconocimiento a nada, absolutamente nada de
lo que hagas.
Cuando se
cumple esta condición ya no necesitaras del perdón, del ser perdonado,
simplemente habrás comprendido que tan solo eres un ser que experimenta sin
juzgar y sin la necesidad de ser juzgado.
¿Qué ocurre
cuando te conviertes en inductor de una experiencia que no era para ti?, cuando
creyéndote en posesión de de la verdad y
de la razón te atreves a aconsejar a otro semejante de cómo debería actuar, como debería
interactuar para que otros den el visto bueno a su actitud y
comportamiento. Simplemente más karma,
evidentemente para el consejero, claro está.
Al
convertirte en consejero de un semejante estas contaminando el plan de su Alma, su plan
divino, estas contribuyendo para de que dicho plan se contamine, además estarás
contribuyendo a alargar la Rueda del Sanshara, la rueda de reencarnación.
Aconsejar a un semejante no es lo mismo que sugerirle ya que estarás dando tu
punto de vista pero no te involucras en
las decisiones que decida tomar el.
El respeto a
la individualidad del ser, empieza en ti.
¿Te aceptas?
¿Deseas ser
otro?
¿Cómo te
ves?
¿Tienes
miedo a no encajar en la sociedad en la que vives?
Estas y
otras preguntas no necesitan respuesta alguna cuando comprendes tu individualidad, aquello
que Dios tiene reservado para ti es lo necesario, aquello que desde otro plano
vibratorio te has comprometido a hacer.
Tan solo
eres Dios en acción, nada más y nada menos.
Si eres
capaz de comprender y respetar esta condición, entenderás que los demás se
encuentran en la misma situación que tu. Como vas a cuestionar los actos de los
demás si en realidad son una creación divina.
¿Te
atreverías a juzgar a Dios?
Si lo deseas
puedes hacerlo, pero te estarías juzgando a ti mismo.
Esta
experiencia que llamamos vida, fue creada para llegar a la comprensión de la
totalidad y ocurra lo que ocurra todo es llameémosle, normal.
Siempre hay
un punto de partida, y un punto final, eso es lo que creemos y decimos.
Hace algunos
años un compañero de viaje, una de las personas con las cuales me ha tocado
interactuar, Hargobind Sing, me hizo una pregunta, ¿las personas o el legado?,
yo le respondí con rotundidad, el legado.
Que puede
importar más que todo aquello que dejamos al dejar este plano y puede ser útil
a los demás.
Todo aquello
que puede ser explicado porque ha sido comprendido y se explica de una forma u
otra de forma fácil para que los demás si así lo consideran puedan utilizarlo
como herramienta en su crecimiento personal.
Yo os
entrego lo que sé, pero soy consciente de que puedo estar totalmente
equivocado, por eso no te pido que me creas. Tú decides.
Si te das
cuenta no me estoy creando Karma, porque en ningún momento me creí en posesión
de la verdad absoluta, pero esto no quiere decir que no crea plenamente en lo
que hago y explico.
El
perdonador y el perdonado, quien es quien, el perdonador debe estar en posesión
de la verdad, y el perdonado deberá estar equivocado, en qué lugar te
situarías. Hay algo de lo cual no seas consciente por el momento y es que para
que se cumpla una u otra situación, ambas partes deben asentir, luego ambos
serian cómplices de semejante estupidez.
¿Qué es la
culpa?
La culpa
sería reconocer una reacción dañina o perniciosa en la cual tu eres el inductor.
Yo te preguntaría si cuando eres inductor pusiste lo mejor de ti, pusiste amor
y tan solo amor, o por el contario aquello que creaste estaba dirigido con
alguna intención y con alguna finalidad, o quizás esperabas obtener algún
beneficio.
Yo te invitaría
a la reflexión, si te sientes culpable de algo es porque como inductor de una situación,
actuaste desde el miedo y no desde la libertad más pura.
Si tu
creación, tus actos se originaros en el lado más puro de ti, fueron creados
desde la neutralidad, nunca, nunca, nunca serán motivo de culpabilidad, porque
si actúas como sabes, ¿de qué eres culpable? o es acaso culpabilizarías a un
niño pequeño por no saber ecuaciones de segundo grado?
¿Qué es la responsabilidad?
Cada acción
conlleva una reacción, esto está claro, una reacción produce un efecto,
recordemos la ley de causa y efecto, luego, tu como inductor serás el
responsable directo de aquello que generas.
La
responsabilidad que tienes con respecto a todo aquello que siembras, te ata a
la ley del karma, aunque puedes actuar desde el Dharma o desde el Karma, de ti
depende. Todo esto dependerá del nivel de consciencia con el que actúes.
Nunca deberás
actuar desde el miedo, porque si lo haces estarás trabajando desde tu lado más
oscuro y opaco.
Este es un
fragmento de mi libro El Perdón que se editará próximamente.
Siri Prakash
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